


Con toda la belleza de las eslavas esta ilustre representante de la belleza de las rusas es una supermodelo cuya fama responde en partes iguales a su talento y a su encanto.
Según se cuenta, ya desde su adolescencia cuando atendía un puesto callejero de fruta y no era la famosa y millonaria que es hoy, a Natalia Vodianova le llovían las propuestas románticas e invitaciones de galanes singles y solteros interesados en obtener el superlativo premio de contar con el amor de tan linda rusa.
Ahora casada y con una hija, igual le gusta la primavera rusa para pasear por los más hermosos parajes de su tierra natal, aunque en tren de vacaciones y siempre sacando a relucir lo que en estas fotos vemos y es lo más característico y notorio en Natalia Vodianova: que es una mujer rusa para enamorarse, casarse y jurarle amor eterno si se pudiera.